martes, 28 de abril de 2009
COMO CONVERTIRSE EN UN HOMBRE LOBO VERDAD O MENTIRA?
HOMBRE LOBO VERDAD O MENTIRADesde que escribí cierto post han llegado varias veces a estos lares buscando una receta para convertirse en hombre lobo. Lo gracioso del tema es que conozco una. No es de mi invención, la recoge Sabine Baring-Gould en su libro ‘The book of Were-Wolves. Being an Account of a Terrible Superstition‘. Ahí va:‘Quien desee convertirse en un oborot (uno transformado), habrá de buscar en el bosque un árbol caído; deberá pincharlo con un pequeño cuchillo de cobre, y caminar alrededor del árbol repitiendo el siguiente hechizo:Sobre el mar, sobre el océano, sobre la isla, sobre Bujan,sobre los pastos vacíos luce la luna, sobre un tronco de fresno caídoen un bosque verde, en un oscuro valle.Cerca del tronco vaga un lobo hirsuto,en busca de ganado vacuno para sus agudos colmillos;pero el lobo no entra en el bosque,pero el lobo no se sumerge en el valle sombrío,¡luna, luna de cuernos de oro,detén el vuelo de las balas, embota los cuchillos de los cazadores,rompe los cayados de los pastores,derrama un violento terror sobre todo el ganado,sobre los hombres, sobre todo lo que se arrastra,que no puedan coger al lobo gris,que no puedan desgarrar su piel caliente!¡Mi palabra es vinculante, más vinculante que el sueño,más vinculante que la promesa de un héroe!A continuación se salta tres veces por encima del árbol y corre al interior del bosque, transformado en lobo.’Otra receta para convertirse en uno es esta:Para convertirse en hombre lobo No se si va aca o en religion y esoterismopara convertirse en hombre lobo no hay nada mejor que salir a un descampado una noche de luna llena y pronunciar estas palabras:Hola, hola, hola, gran Espíritu del lobo, yo te saludo.Te pido un don, una forma poderosa.Dentro del círculo que he trazado.Hazme un hombre lobo fuerte y audaz.El terror del joven y el viejo.Asi comienza el sortilegio de una parte de la transformación en hombre lobo. La literatura de la licantropía del pasado abunda en estos extraños cánticos elevados en lugares desolados, a veces dentro del perímetro de misteriosos círculos trazados en el suelo, y generalmente a la luz fantasmal de la luna llena.Tratándose de invocaciones al mal, los cánticos se dirigían a los espíritus "de los muertos que están bajo tierra y se deslizan silenciosamente", los espíritus de los árboles y del aire, del calor y el fuego, del frío y del hielo. Al repetir los cánticos una y otra vez, el iniciado se preparaba psíquicamente para su experiencia. Sin embargo, aunque pudiera sentir las palabras, ellas no bastaban para alcanzar ese estado de perturbación mental que permitía matar y devorar a las víctimas. Era necesario ceñirse una faja o cinturón hecho con la piel de un lobo o de un asesino ahorcado.Pero mucho más importante eran los vapores que debían inhalarse o los unguentos con que se untaban el cuerpo desnudo. Hechos con ingredientes tan impuros como poderosos, contenían substancias psicoactivas que liberaban el animal dentro del licantropo y lo lanzaban a sus sanguinarias correrías, en companía, como dice uno de los cánticos, de lo "más selecto de todos los huéspedes diabólicos: ¡Lobos, vampiros, sátiros y fantasmas!"Conforme a una fórmula muy antigua, en una noche de luna llena se deben trazar dos círculos en un terreno liso.Después de trazar el segundo círculo, deberá encenderse un fuego de madera de pino o alerce y álamo negro, encima del cual se colgará un caldero de hierro con cuatro o cinco de los siguientes ingredientes:semillas de amapola, beleño, hojas de abeto, perejil, sonamina (un extracto de dulcamara) y asafétida, una resina de gomero.Después de mezclar todos los componentes se calienta a fuego lento.Cuando las llamas crecían se recitaba este hechizo: "Elegido entre todos los huéspedes demoníacos, te ruego que me des aquí la gran forma gris que hace estremercerse a los hombres. ¡Ven! ¡Ven! ¡Ven!Después de quitarse la ropa y ponerse una faja de piel de lobo, el iniciado se unta todo el cuerpo con un unguento alucinógeno hecho con alcanfor, acónito, semillas de anís, hojas de álamo, sangre de murciélago y hollín, mezcladas con la grasa derretida de un gato.Antes de que el unguento comience a hacer efecto, el hombre aspira los vapores intoxicantes que salen del caldero hirviendo, que lo preparan mentalmente para el siguiente eslabón del ritual.Totalmente transformado -al menos en su mente- bajo el doble influjo de los vapores y el unguento, el hombre lobo salta en medio de la oscuridad.Después de prometer servir a los poderes del mal, su destino es ahora marchar entre el crepúsculo y la salida del sol en busca de carne humana.Pero por fuerte y amenazador que pueda creerse, sabe que un hombro lobo es vulnerable.Por lo tanto, debe cantar, como un hechizo las palabras finales de la ceremonia de la transformación: "Derrite las balas, desafila el cuchillo, pudre el garrote, mete miedo en el hombre para que no aprese al lobo gris ni lo saque de su cálida guarida. Mi palabra es firme, tan firme como dormir o como la fuerza de los héroes".
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